En el corazón de la naturaleza mallorquina, a escasos minutos del encantador pueblo de Llubí, se encuentra esta finca rústica de 22.500 m² que invita a desconectar, respirar y vivir con plenitud. Un entorno idílico, rodeado de olivos, higueras, parras y vegetación autóctona como acebuches, almendros y romero silvestre, donde el jardín se funde con el paisaje y las vistas abiertas a la montaña regalan serenidad cada día.
La casa principal, de 60 m², ha sido reformada con mimo y detalle, pensada tanto para escapadas de fin de semana como para una vida tranquila en plena naturaleza. Su interior combina tradición y confort: dos chimeneas —una abierta y otra de hierro forjado con horno— aportan calidez y carácter. La cocina está completamente equipada, y la vivienda se entrega amueblada, lista para entrar a vivir. Además, existe la posibilidad de habilitar una habitación adicional de 12 m².
Como valor añadido, la finca cuenta con una segunda construcción de unos 35 m², una antigua casa de aperos que ofrece múltiples posibilidades de reforma: desde estudio independiente hasta espacio para invitados o taller creativo.
Construida en piedra, con doble acristalamiento Climalit, sistema de alarma y videovigilancia, la propiedad ofrece privacidad total gracias a su vallado perimetral. Cuenta con pozo propio y placas solares, lo que garantiza autonomía y sostenibilidad.
Una finca que no solo enamora por su entorno, sino que ofrece todas las comodidades para disfrutarla desde el primer día. Ideal para quienes buscan un rincón auténtico, seguro y lleno de encanto en el corazón de Mallorca.
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